jueves, 23 de julio de 2009

EL MAESTRO DIJO...

(Sobre la amistad)

Entre la multitud surgió un joven diciendo:

- ¡Maestro, háblanos de la amistad!

Y el Maestro dijo:

- ¡Oh juventud! La amistad no te pertenece, porque ella es la música de la existencia. A menos que hayáis despertado no podréis ver la amistad. La amistad está ahí, ¡abre tus ojos! Es tu naturaleza, es tu ser, es la fragancia de la existencia escondida en ti. Es el baile de la naturaleza danzando ritmos diferentes.

La amistad te está abrazando siempre, es como el aire que respiras, es como el fuego de los soles y las estrellas ardiendo dentro de tu ser, la amistad es como el rocío de la mañana acariciando las rosas, la amistad es como el gorrión trinando en el jardín, es como la nube blanca meciéndose en el vasto cielo azul, es como el río cantando, es como el viento silbando, como un ave volando en el espacio infinito, como los árboles bailando al ritmo del viento. La amistad es la música de la existencia; está pululando en todas partes, en la anchura y longura de la vida. ¡Escúchala y deleítate!

Amistad es la inocencia natural que habéis olvidado, es salvaje, es la armonía primigenia de la existencia, es el vínculo más profundo con las raíces de la vida. La amistad es el centro más profundo de la vida, es tu alimento, es tu vida, toda la humanidad se nutre de ella, es la instancia última del camino, es el último paso a la divinidad.

En esa instancia última del camino el hijo del carpintero de Nazareth ha dicho a los suyos: ‘ya no los llamo siervos, los llamo amigos’; habéis escuchado también las últimas palabras inocentes y sagradas del maestro de Atenas: ‘he conocido la vida y he aprendido mucho de ella. Ahora me gustaría conocer, tan pronto como fuera, la muerte y aprender de ella.’; asimismo habéis escuchado al Buda decir a su discípulo más cercano, Sariputra: ‘ido, ido, ido más allá, ido totalmente más allá. ¡Oh qué despertar! ¡Aleluya!’. Sólo dando el último paso llegará el ‘despertar’ a la amigabilidad universal. La amistad es eterna, inmensa e infinita. Y tú ¡has vuelto a casa! Eres uno con el Todo, el círculo se ha completado. ¡La unidad primera se ha recobrado!

Luego una joven preguntó:

- ¡Maestro, háblanos del amor!

Y el maestro dijo:

- La amistad no se cultiva, el amor sí; tampoco se logra, el amor sí; la amistad no es un sortilegio, el amor sí. El amor es el vínculo que existe entre la madre y el hijo, es el vínculo entre marido y la esposa, es el vínculo que surge entre hermanos. El amor es el vínculo que surge del corazón.

El amor puede acabarse, pero la amistad nunca acaba. Mañana puedes odiar a la persona que has amado hoy. Pero si alguien es amigable, tarde o temprano, volverá al estado de divinidad.

El amor ata, la amistad te da alas, te da libertad. El amor puede esclavizar, puede poseer, puede convertirse en tu amo. La amistad no, nunca se convierte en el amo de nadie, no retiene a nadie. No condiciona a nadie. No impone nada. No te aprisiona, simplemente, te libera. El amor se convierte en una esclavitud por­que los amantes se empeñan en creer que el otro no debería amar a nadie más que a ellos. El amor es exclusivo, insistente, persecutorio. El amor, tarde o temprano, acaba.

Surgió también un profesor. Preguntó:

- ¡Maestro! ¿Se puede pensar el amor?

Y el maestro dijo:

- Pensar el amor es el error más grande que se ha cometido. Por pensar el amor se ha destruido tanta belleza, se ha sepultado tanta inocencia. De hecho, el amor se ha convertido en un pretexto para fabricar cárceles. Te contaré para que lo medites:

Cierto día Khishka y su esposa estuvieron sentados en la mesa charlando y discutiendo de sus cosas, y, junto a ellos, muy relajados, estaban descansando el perro y el gato. La mujer, dirigiéndose a su esposo, exclamó:

- ¡Eh… Khishka, fíjate! El gato y el perro están juntos, tan pacíficos y relajados. Nosotros, ¿por qué no podemos vivir así?

El hombre contestó:

- Sí, así es. Pero ahora, ¡átelos juntos, y verás!

Sí, eso es lo que ha ocurrido. El amor se ha vuelto un pretexto para atar a la gente y, ahora, esa visión errónea ha subido a la cabeza, a la mente. El ser humano piensa incluso el amor y pensar el amor es una enfermedad. El amor se ha vuelto una operación de la cabeza, se ha vuelto una filosofía, se ha vuelto caridad. Y a diario vemos sus fenómenos pervertidos: divorcio, odio, celos, riñas, peleas, huérfanos y demás. Vemos también otros como: prostitución, pornografía, violaciones y demás. También está a la luz del día expuestas las caras largas, tensiones y obsesiones. La mente del hombre se ha vuelto sexual. Es así como se ha distorsionado el amor.

Cuando el sexo se apodera de la mente, el hombre se vuelve sexomaníaco y neurótico. La comida es esencial para la vida, pero pensar en la comida es una enfermedad. Y eso es exactamente lo que ha ocurrido con el sexo. El sexo ha entrado en la mente de todo el mundo, se ha vuelto horrible. Ha perdido su belleza, su pulcritud original y natural. Por eso la prostitución es una fuente lucrativa; por eso los matrimonios son una fuente lucrativa, también los divorcios; por eso la pornografía es una fuente lucrativa; por eso el cuerpo del ser humano se ha vuelto negocio de los medios de comunicación y de la tecnología. Se piensa el amor, y se pervierte el amor. Habéis convertido la cabeza en la base de vuestra vida, en el centro vital de vuestra existencia. ¡Y la humanidad, que habéis creado hasta ahora, está patas arriba!

El pensamiento es el veneno del alma y por eso es necesario llegar a no tener pensamiento alguno, para recobrar la virginidad original. ¡El pensamiento es la corrupción de la inocencia! Todo pensamiento sucede en la cabeza y produce vínculos fríos entre profesor y el alumno. Un vínculo intelectual. Pero los vínculos del corazón no surgen del pensamiento, surgen del sentimiento que existe entre la madre y el hijo, por eso son efusivos. A eso lo llamo yo vínculos cordiales. Donde suceden los vínculos cordiales no interviene para nada el pensamiento, es decir, lo que comes no es digerido a través del pensamiento, la sangre no circula por tu cuerpo gracias al pensamiento, y tu respiración no funciona según el pensamiento. Por eso, los vínculos del corazón, son más profundos que los vínculos intelectuales.

Sin embargo existe un vínculo mucho más profundo a través del cual estamos unidos a la existencia y a la vida. Estos vínculos tienen lugar en tu ombligo, pero es un vínculo indescriptible, mucho menos expuesta a la intemperie, porque está enraizado en el subsuelo de la existencia vital de donde extrae la energía vital. Para entendernos llamaremos vínculos de amigabilidad. Están más allá de los vínculos del amor, estás en las profundidades mismas de la vida. Por este vínculo el individuo que se hace amigo de todos se transformará, cualquier momento, en un amigo/a universal por haberse vinculado con el ombligo del universo.

¡Amigos y amigas! Desarrollad vuestros vínculos con el ombligo del universo y hallaréis descanso en vuestras almas. ¡Cread centros, escuelas y universidades para desarrollar los vínculos con la energía vital de nuestra madre, la Existencia, y te unirás a la eterna fiesta de la vida!

Dicho esto, el maestro montó su borrico y se fue por el sendero en dirección de las montañas. Su lento caminar y los brazos de las montañas se entretejieron en un mismo ritmo, y flores, y flores, y flores se derramaron del cielo y cubrieron el sendero al caer la tarde.

Khishka

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