martes, 31 de marzo de 2009

EL GALLO

(Una metáfora del hombre posmoderno)

En las laderas de una carretera había una granja enorme cuyo espacio contaba con unos pozos de agua dulce y cristalina. Los pozos solían ser celosamente cuidados y protegido por el dueño, pues del cuidado dependía la salud de las aves de la granja. Pero un día, el granjero, decidió celebrar un gran banquete familiar sacrificando al rey de la granja, el gallo. Y así como, al ave, le llegó su hora pues, además, era preciso renovar. Y así fue.

Pasado el banquete, el granjero, fue al mercado para conseguir un nuevo gallo. Encontró uno y compró. Cincuenta monedas fue el costó del nuevo rey del gallinero.

Llevó a la granja, le presentó a las gallinas ponedoras y todas se alborotaron por el nuevo galán del corral. El gallo hizo lo de siempre con ellas y terminó sumamente agotado y sediento. Entonces buscó agua e intuyendo, que había en los pozos del gallinero, se acercó al primero, se asomó vio su propio rostro reflejado en el agua e inmediatamente supuso que (su propio reflejo) no era sino un contrincante. Por eso se resistió a tomarla y decidió posponer su sed.

Luego se dirigió hacia el otro pozo y en cuanto se asomó a él, vio que el mismo enemigo estaba desafiantemente allí y quedó espantado. Después se condujo hacia la otra noria pero también contenía el supuesto enemigo. Le hirvió la sangre, le chasqueó y, el otro, como hacía exactamente lo mismo, terminó huyendo porque estaba desgastado y la sed se hacía aún más inaguantable.

Finalmente dio con el último pozo, no había otra alternativa. Y, como ya era costumbre, de nuevo se encontró con el rival. Pero esta vez no se sustrajo más y reunió fuerzas, estiró las alas, chasqueó el cuello, se llenó de furia y comenzó la pelea con su propio reflejo. Con un brinco se zambulló en el bache y terminó devorado por las aguas de la poza.

El joven gallo es la metáfora perfecta del ‘hombre posmoderno’. Occidente ha agotado su combustible espiritual. Ese combustible, ahora, es un producto de mercado administrado por un grupo de acomplejados, enfermos mentales y posesivos. La espiritualidad se ha vuelto monopolio de algunas instituciones oficialmente reconocidas, cuyos ministros han implantado una indigencia espiritual generando cientos de profetas, Mesías, pastores…

Te lo digo así porque he visto un ave y cientos, enjaulados, y yo solo estoy intentando desatar tus cadenas y abrirte la puerta para que tú, por cuenta y riesgo propio, emprendas tu rumbo natural. No soy maestro ni misionero, solo soy el portero de la inmensidad y de la libertad… Puede que no te hayas dado cuenta de tu estado tan indigente y sigues luchando con tu propia imagen, de repente ya te estás ahogándote, pero aquí tienes un salvavidas y un vote, aún estás a tiempo de deshacerte de las herencias podridas de tu sociedad y tu supuesta religión.

He ahí lo esencial, lo genuino, lo real, es decir, Tu Ser, siempre sagrado. Eso quiero mostrarte en el tejido vasto de la Existencia infinita. ¡Aleluya!
Khishka

CONSCIENCIA

(Lleva contigo tu luz interior)

Un chofer estaba observando a su joven hijo, Jhonn, encender una lámpara a kerosén antes de salir por la noche:

-¿Para qué es esa lámpara? –Preguntó el padre–.

El hijo replicó:

-Esta noche saldré a conquistar a alguna mujer papá, no te preocupes.

-Ja, ja, ja… ¡Vaya! ¡Vaya! –Exclamó el padre–. Y, argumentando, dijo: cuando yo era joven y guapo, y salía a rondar mujeres, no necesitaba de lámparas.

Y el muchacho concluyó:

-Ya se nota papá. ¡Mira lo que conseguiste!

Puedes ir a cortejar una mujer, incluso ir a robar, puedes ir a este o a aquel lugar, pero una cosa no se te olvide: adonde vayas, en todo lo que hagas, incluso en todo lo que piensas, lleva siempre tu luz interior, tu consciencia, tu alerta. Si no llevas contigo la lámpara de tu consciencia, crearás un infierno a tu alrededor. El infierno es tu creación como el cielo es tu producto intelectual. No son lugares geográficos. Así que enciende tu lámpara, no importa lo que hagas y a donde vayas o lo que piensas, si tienes encendida tu lámpara, irradiarás eternidad a tu alrededor. ¡Enciende tu lámpara y aventúrate! ¡Todo el universo es tuyo!

Que no te importe si lo que estás emprendiendo es ‘bueno’ o ‘malo’, es ‘pecaminoso’ o ‘beatífico’, ‘bonito’ o ‘feo’, como sucede con las mentes prejuiciosas y mediocres. Vayas donde vayas ten contigo tu lámpara encendida pues, si eres consciente, incluso tu rabia o tu enojo, tendrá su propia luminosidad.
Khishka

EL ACTOR CHINO

Estate despierto!)

Escuché en las noticias que un joven actor chino, muy reconocido, estuvo haciendo sus presentaciones de fisiculturismo y muchos camarógrafos la estaban filmando.

La cámara oficial estaba delante de él y en un momento de brutal movimiento, perdió el control, tumbó la cámara y, en pocos segundos, lo deshizo en mil pedazos.

Luego fue condenado por los anfitriones a cuatro años de cárcel por haber destrozado la cámara, pues ésta era valorada por la suma de cuarenta y cinco mil euros.

Cuando él estaba siendo trasladado a la cárcel de máxima seguridad, a purgar su condena, un periodista se le acercó. Le dijo:

- Son cuatro años de cárcel. Estás a tiempo. Puedes revertir las cosas si tú propicias tu defensa. ¿Qué dices?

El sonriendo dijo:

- Asumo la sentencia. ¡Ahora me toca actuar de prisionero!

La vida es espontánea y dicha espontaneidad se da gracias a la dialéctica. La vida no es Aristotélica (ni lógica ni lineal), es más Hegeliana. Cualquier revelación (del tipo que sea) es coercitiva y te enfrenta a la vida, pero la vida es una dialéctica interminable: cada síntesis se vuelve tesis y, la tesis, se vuelve antítesis… etc. La vida se trasforma a cada momento, a cada instante, a cada paso. La revelación te hace anónimo y la dialéctica te devuelve Tu Ser genuino.

Por tanto, estate atento, mantente despierto, vigilante, mañana puede concluir tu visita… en el momento siguiente podrían llevarte de prisionero, al otro instante puedes recibir un mensaje electrónico, un amigo/a puede tocar tu puerta, el próximo intento puedes tropezar en la piedra, el siguiente momento te puedes convertir en madre y, siempre que estés alerta, estarás siempre preparado para asumir las sorpresas de la vida.
Khishka

EL MONJE

Al interior de un monasterio solía haber un monje cuya adicción era el vino. El vino como toda bebida además de ser encantador era también considerado como la bebida oficial del convento.

El monje casi siempre solía estar entonado a causa del vino; algunas veces, cuando estaba fuera de sus cabales, a menudo acostumbraba cumplir con sus obligaciones formales, entre ellas, rezar el ‘Rosario’.

Un día, sentado a la orilla del pozo del convento, se encontraba rezando y, de pronto, cayó al fondo. Menos mal, en ese momento, el abad estaba cerca haciendo una de sus obligaciones domésticas. De pronto escuchó una especie de ruido no común, como si cayera del carro una bolsa de papa.

Miró para atrás y como había visto que alguien estaba sentado en la orilla del pozo de agua, fue hacia allí y solo pudo escuchar los sollozos del monje al interior del pozo. El abad muy sorprendido por lo que había sucedido, inmediatamente, bajo hasta el fondo mediante la escalera. Hizo todos los esfuerzos para poder salvar la vida de aquel monje. Después de unos buenos momentos logró auxiliar y verificar las partes lastimadas de su cuerpo. Solo tenía un golpe en la cabeza y el talón reventado donde se podía ver con claridad los huesos.

En esos momentos, el monje borracho, recobró un poco de consciencia y vio cómo estaba su talón. Luego, la víctima, viendo la situación de su talón del pie izquierdo, cayó desmayado. Entre tanto el abad, que estaba a su lado, no sabiendo qué hacer, llamó a la ambulancia del pueblo para que el monje sea trasladado inmediatamente a una clínica que estaba en la ciudad más cercana de la aldea. Y así fue.

Una vez internado, inmediatamente, los médicos le anestesiaron, le hicieron dormir, y le costuraron el talón reventado. Cuando despertó del sueño completamente y de la inconsciencia a la consciencia, dijo:

-¿Dónde estoy? ¿Quiénes son ustedes? –Murmuró mirando a los médicos-. Entonces, el médico que se había encargado de él, explicósele algunos detalles de cómo había ido a parar en la clínica.

Él monje dijo:

-Yo no me salvé por ustedes. Que yo me acuerde, la virgencita fue la que me sacó de la fosa con sus propias manos, yo la he sentido, la he tocado, era ella, es lo único que me viene a la memoria. No fue nadie más, era la Virgencita.

Desde ese momento, siempre que la gente solía preguntarle, él les contestaba: ‘fui salvado del pozo por las manos de la Virgencita’.

Si estás dormido, drogado, anestesiado, tu único consuelo será el delirio y, debido a éste (sustentado por tanto ejercicio), puedes atribuir a la Virgencita, a tu Ángel de la Guarda, a Jesusito, a tu Gurú, a tu Pastorcillo, a tu Profeta, o a tu Diosito y demás cositas supersticiosas y olvidarte de ti. Todo ello es posible mientras duermes y el sol no volvió a salir.

Sal de tu ‘cápsula’, de tu ‘caparazón’, deja de ser académico, anónimo, formal, intelectual, metafísico; desempolva tu espejo y comienza a ver por ti mismo la belleza que te ofrece la vida y la existencia. En volver a mirar la vida sin anteojos, que pueden distorsionar, consiste el ‘despertar’ del homo novus. ¡Sacude el polvo de tus ficciones cuál Lázaro que sale de la tumba, envuelto aún en el sudario, ante la llamada del maestro!
Khishka
Testigo ambulante