domingo, 26 de diciembre de 2010

navidad

LA HOSPITALIDAD DE KHISHKA

(Donde hay amor, siempre hay un espacio)

Era alrededor de media noche y llovía torrencialmente. Khishka, junto a su discípulo más cercano, Eliosh, estaban durmiendo en una choza. De repente escucharon que alguien se asomaba a la puerta. Khishka se despertó y dijo al discípulo:

-Eliosh, atiende por favor. Hay alguien en la puerta.

El discípulo, un tanto sonámbulo, fue a la puerta. Luego, miró para atrás y murmuró:

-Está a la puerta un viajero, un amigo desconocido.

Khishka dijo:

-¿Un amigo desconocido? Por favor abre la puerta; que pase.

El discípulo recalcó:

-Maestro, no hay espacio. Ni siquiera para los dos es suficiente. ¿Cómo puede caber una persona más?

Refutó Khishka:

-Estimado Eliosh, éste no es un palacio de magnates. Esta es la choza de un pobre. El palacio de los ricos se hace más pequeño incluso si llega un solo visitante.

Eliosh contestó:

-¿Qué relación tienen los pobres y los magantes con esto? Sencillamente este lugar es pequeño. Apenas cabemos los dos para bien descansar y pasar la noche.

Entonces –el maestro– mirándole fijamente, declaró:

-Si hay un gran espacio en el corazón, sentirás que la choza es un palacio donde caben muchos. Su espacio se vuelve ilimitado. Y, si el corazón es estrecho, no sólo el palacio se vuelve más pequeño, sino que también una choza como ésta se hace más pequeña. Por favor, abre la puerta. ¿Cómo podemos rechazar a un hombre que ha venido a nuestra puerta? Hasta ahora, estábamos tendidos. Puede que los tres no podamos tendernos pero, al menos, podremos caber sentados.

El discípulo abrió la puerta. El amigo entró, completamente mojado. Le cambiaron sus ropas. Se sentaron juntos y comenzaron a charlar.

La puerta estaba cerrada. Al cabo de un rato, dos personas vinieron y golpearon la puerta. El maestro susurró una vez más:

-Parece ser que nuevamente alguien ha venido. Le pidió al nuevo amigo –que estaba más cerca de la puerta– que la abriera.

Éste objetó:

-¿Para qué abrir la puerta? ¿Dónde hay espacio? Estamos muy acuclillados. Uno más no cabe y menos si son dos.

Khishka contestó:

-Hombre extraño. ¿Acaso no te hice un espacio? Se te permitió entrar porque había amor. El amor no se ha agotado con tu llegada. Por favor, abre la puerta. Ahora estamos sentados a cierta distancia unos de otros; tendremos que acurrucarnos más. Y además, en esta noche fría y lluviosa, puede ser grato sentarse juntos.

El hombre tuvo que abrir la puerta. Dos nuevas personas entraron. Todos se sentaron juntos y comenzaron a enriquecer la charla.

Pasó un rato... seguía lloviendo, y la noche transcurría. De repente un burro llegó y empujó la puerta con su cabeza. Estaba completamente mojado: quería abrigo para la noche. Así que el maestro tuvo que pedirle a uno de los últimos huéspedes, que abriera, pues un nuevo amigo había llegado.

El hombre, después de verificar la puerta, indicó:

-Este no es un amigo ni nada. Es un asno. No es necesario abrir la puerta. Los animales están acostumbrados a pernoctar donde sea, incluso son suficientemente fuertes como para resistir el aguacero.

Pero Khishka objetó:

-Quizás no sabes que –a la puerta de los magnates– los hombres también son tratados como animales. Pero esta choza es de un pobre y aquí estamos acostumbrados a tratar –incluso a los animales– como a seres humanos. Por favor abre la puerta.

Los huéspedes –a excepción de Eliosh–, dijeron a una voz:

-Pero, ¿y el sitio?

A lo que el maestro intervino con las siguientes razones:

-Hay suficiente espacio. En vez de estar sentados, todos nos pondremos de pie, y le haremos un espacio al amigo asno. No se inquieten. Si es necesario, yo saldré y dejaré espacio. ¿Acaso el amor no puede hacer esto también? Donde hay amor, siempre hay un espacio.

‘Navidad’ es un día memorable para la humanidad entera, pues hace alusión al nacimiento de uno de los individuos más hermosos que ha visitado esta esfera terráquea. En el Niño Jesús se ha derramado el amor inagotable de la Madre Existencia sobre todo el Cosmos. Afortunados son los corazones que –a pesar de las resistencias– se han abierto como la choza de Khishka.

‘Navidad’ indica que siempre hay un espacio para quien viene de visita a este mundo. Significa que la Existencia es eternamente gratuita y, por ser así, derrocha amor sin más: amor a las plantas, amor a los animales, amor a las aves, amor a las rocas, amor a los océanos, amor a los ríos, amor a los humanos, amor a las montañas, amor a la luna, amor al sol, amor a las estrellas, amor a los planetas…

Sentirse amado por el Cosmos infinito y por la Eterna Existencia, es la mayor experiencia que la Navidad puede otorgar al corazón humano. ¡FELIZ NAVIDAD!


Ohslho

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