viernes, 8 de agosto de 2008

EQUILIBRIO

(La llave secreta del misterio de la vida)

Pedro y Pablo eran dos soldados que llegaron a la última prueba militar. De ello dependía su ascenso de categoría.

La prueba debía llevarse acabo en un precipicio donde estaba extendida una cuerda floja. El precipicio inspiraba mucho miedo pues, según testimonios anteriores, el soldado que se caía no podía ser rescatado. De modo que se trataba de una prueba de vida o muerte.

Estando ambos, preparados y animados, el instructor los puso al frente de la gran prueba. El primero logró cruzar al otro lado. El segundo se quedó mirando, en el mismo lugar, sin decir nada.

Después de un momento le dijo al otro que ya había cruzado:

- Dime, camarada: ¿cómo lograste cruzar? Y el primero le contestó:

- No lo sé. Me es difícil explicártelo. Lo que te puedo decir es que: en cuanto sentía que me tambaleaba demasiado hacia la derecha, me inclinaba yo hacia el lado izquierdo. Lo mismo hacía cuando me inclinaba mucho hacia la izquierda. Es así como me mantuve en el centro, equilibrado. Eso es todo.

Como el segundo no se animó terminó la prueba. El primero cruzó y el segundo no. Luego todos regresaron.

La sabiduría está en el equilibrio y, el equilibrio, es la llave secreta del misterio de la vida. El equilibrio no está en los extremos: ni en éste ni en el otro lado. En la vida ‘hay solo dos clases de personas: los que mantienen su derecha y los que mantienen su izquierda’. Yo te propongo ‘mantener tu centro’ porque en el centro está la gracia, esto es, en el equilibrio entre los dos extremos. Solo si mantienes tu centro te alcanzará la bendición. Solo si estás equilibrado Dios y su gracia descenderán sobre ti. Dios estará a tu disposición sólo si mantienes el equilibrio, tu centro. No hay otra forma.

Estar en equilibro es estar en contacto con la vida. La vida nunca se convierte en conocimiento, no se puede enseñar, más bien, permanece como una experiencia sumergida. Y esta experiencia es siempre individual.

La vida es paradójica (misterio) y vivir es como saber tambalear en la cuerda floja de la vida: difícil y fácil, se ríe y se llora, se está alegre y se está triste, se triunfa y se fracasa… Ambas polaridades naturalmente suceden y forman parte esencial de la vida. ¡No seas extremista! No seas derechista ni izquierdista. Mantén el centro como Jesús, el hombre más equilibrado que ha conocido el mundo: iba con la gente más común y corriente hasta que la gente erudita tuvo que tacharlo de borracho y glotón pero, al mismo tiempo, se retiraba para estar solo, en silencio, dedicado plenamente a sí y a Dios. Esto es, en otras palabras, no entregarse mucho al placer pero tampoco practicar, con demasía, la renuncia. ¡Mantén tu centro, mantén el equilibrio!

El soldado que cruzó pudo haber dicho: la vida no se puede enseñar, como mucho te puedo dar pistas, es decir, te puedo contar mi experiencia, lo que he sentido en carne propia al tambalear en la cuerda. Es como si dijera: la vida hay que vivirla tal como es. La única manera de saber la vida es viviendo con todos los peligros que esto implica.

Khishka
Testigo ambulante

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