sábado, 14 de junio de 2008

EL ÚNICO TEMA

(La ‘vida’ con ‘v’ minúscula)

Había un hombre que le gustaba escribir cartas de amor, poemas, artículos, canciones, historietas y, todas ellas, estaban conectadas por un único tema: la vida, la vida como algo vivido momento a momento.

Sus escritos tenían una singular característica: escribía con letras minúsculas; no había ni una sola palabra escrita con letras mayúsculas. Por escribir así, sus obras, resultaban totalmente ilógicos y anticotidianos frente a los ojos de los intelectuales más agudos de la sociedad donde vivía, es decir, despertaba cierta sospecha al interior de las publicidades oficiales.

Pero la sospecha de los agudos eruditos de su sociedad nunca llegó a interferir la originalidad del hombre que, por intuición propia, escribía todo con minúscula incluso su propio nombre.

Un buen día se encontró con un joven recién graduado en periodismo. Éste, después de haber leído algunos artículos suyos, fue a preguntarle:

- ¿Por qué escribes todo con minúsculas? ¿No sabes que escribir así va contra las reglas de la gramática? ¿Qué tienen de malo las mayúsculas? Interrogó el joven.

Él hombre, haciendo un breve silencio, le miró al periodista y, le dijo:

- Las mayúsculas son tremendamente gramaticales y no tienen nada de malo pero, a mí, no me gustan; me gusta la ‘vida’ con la ‘v’ minúscula. La vida me gusta así y eso me basta.

- ¿Qué quiere decir con eso? –Preguntó el muchacho–.

El hombre con un rostro espléndido respondió:

- Quiero decir que estoy enamorado de lo inmediato, pero no de lo lejano, pasado o futuro. Estoy entusiasmado de las cosas pequeñas, por ejemplo: un abrazo, un beso, una puesta de sol, una taza de café, recibir una visita, una carta, un mensaje por Internet, chatear, hablar por teléfono celular, leer chistes, mirar una flor en el jardín, contemplar la belleza de una mujer, mirar el vuelo de un pájaro, una comida, escuchar música, bailar, reír, pintar, escribir, nadar en la piscina, jugar cacho, brindar con los amigos, celebrar cumpleaños, en fin, me gusta contemplar el baile de la existencia y de la vida. Estoy enamorado de esas cosas pequeñas y, todas éstas, no se pueden escribir con mayúsculas, si lo escribiera nunca me lo perdonaría.

El único tema del que conviene hablar es la vida con ‘v’ minúscula y si quieres hablar de la vida con ‘V’ mayúscula, simplemente, la matarás porque la vida no es catalogable. Es infinita. Es eterna. Lo infinito y lo eterno no pueden escribirse con mayúscula. No. Es minúscula, esto es, está en proceso de, si vale el término, completación.

Khishka
Testigo ambulante

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