martes, 15 de septiembre de 2009

MONAGUILLO

(La espontaneidad de un niño)

Estaba un monaguillo cumpliendo su oficio en una misa dominical, de la cual participaban el alcalde y su esposa.

Cuando llegó la hora de dar limosna, el pequeño tomó el cepillo de limosnas y pasó por el primer asiento donde estaban sentadas las personas importantes del pueblo. Se acercó e inmediatamente, la esposa del alcalde tomó su cartera y sacó un billete de veinte pesos. Al lado estaba el alcalde y el monaguillo se paró frente a él, mirándole, como diciendo: ‘tú tienes plata, no te puedes negar’ y el alcalde se puso en apuros. Metió la mano a su bolsillo, sacó su billetera y vio que no tenía sino billetes de doscientos pesos, es decir, no había otro billete menor, así que tuvo que darle uno de los billetes de doscientos.

Y el niño, después de haber recibido los doscientos en el cepillo de las limosnas, pasó normalmente por todos los asientos recogiendo las ofrendas voluntarias que hacían los fieles. Luego volvió a su puesto y acercándose al altar, hizo señas para que el párroco se acerque a él. Éste se inclinó en pleno rito para escuchar atentamente las palabras del niño, pensando que era algo de suma urgencia.

El monaguillo declaró:

- ¡Padre Esteban: acabamos de ganar doscientos pesos para el helado!

Y como el Padre Esteban tenía instalado el micrófono inalámbrico en el pecho, lo proferido por el niño escuchó toda la feligresía y respondió ¡amén! Porque estaban en un momento en que los fieles, a cierta invocación, estaban contestando ¡amén! Solo unos pocos se dieron cuenta de que lo dicho por el niño no era parte del rito sino algo circunstancial y por eso irrumpieron en carcajadas.
En la espontaneidad de un niño brilla la honestidad, la dulzura, la pureza y la inocencia… Las personas mayores han corrompido a los niños haciéndoles promesas y engaños. ¡Nunca prometas algo frente a un niño! ¡Nunca engañes a un niño! ¡Sé honesto con un niño! Si tu cultura, si tu religión, si tu sociedad, te han enseñado a ser un farsante, a ser un pseudo, por lo menos tú –que tienes un niño– sé honesto con él. Pero mientras sigas con rodeos, promesas y engaños, tu hogar seguirá siendo una fábrica de políticos o estúpidos que votan por los chimpancés.
Khishka

No hay comentarios: