viernes, 26 de diciembre de 2008

COMPLEJO DE NAPOLEÓN

(Cualquier diferencia es relativa)

Napoleón Bonaparte era conocido por ser un hombre de muchas proezas militares. Pero sufría debido a su estatura que era de sólo un metro y sesenta y cinco centímetros. Sus guardaespaldas solían medir dos metros de altura. Un día se puso a colgar un cuadro en la pared, pero no alcanzaba. Entonces su guardaespaldas le dijo:

- No tienes que molestarte. Yo soy más alto que usted. Eso puedo hacer yo.

Napoleón le advirtió:

- ¡Cállate. No uses las palabras ‘más alto’! Di que eres más crecido que yo, pero no vuelvas a repetir esas dos palabras. Quedas terminantemente prohibido –sentenció–.

El guardaespaldas, sin querer, casi se mete en líos. Pero lo cierto es que, a su general, se le había tocado la herida o la llaga más vulnerable de toda su vida. Pero como el guardaespaldas no era más que su subalterno tuvo que tomar en cuenta su sentencia.

Todas las ideas de alto y bajo, negro o blanco, luz y oscuridad, vida y muerte, caliente y frío, Dios y diablo, bien y mal, superior e inferior, día y noche… son sólo relativas. Pero cuando cada uno de ellos se convierte en polos diferentes, uno opuesto al otro, y no como caras de una misma moneda, comienza a surgir el ‘complejo de napoleón’. Napoleón se sentía innecesariamente inferior frente a su guardaespaldas cuya estatura era de dos metros, comparado con la suya que era tan sólo de un metro con sesenta y cinco centímetros.

Toda diferencia es sólo relativa. Por ejemplo: para los animales diurnos todo es oscuridad cuando no hay luz y para los animales nocturnos, en cambio, todo es luz cuando hay oscuridad. Es decir, la oscuridad es como menos luz y la luz es como menos oscuridad. La diferencia es solamente relativa.

Esas diferencias relativas funcionan en conjunto en toda la existencia entera. Por tanto el éxito no depende de si tú eres capaz o incapaz, mejor o peor, santo o pecador, alto o bajo, etc. Esos excesivos énfasis en las diferencias, te conducen al estado de fracasado, al estado de enfermo mental y, con ese estado, te aíslas al lado contrario de la existencia. Y no haces otra cosa sino sufrir. Asimismo todas las jerarquías, religiosas o políticas, subsisten gracias al complejo de Napoleón, es decir, gracias a esa manía de enfatizar en las diferencias relativas que van adquiriendo un cierto carácter individual, al margen del otro polo. Pero ello no es más que un autoengaño, una ficción mental, son alucinaciones que revelan tu distancia entre la existencia y tú. Y es así como se produce el complejo de inferioridad y tú te conviertes en un desdichado.

Pero si no haces énfasis en esas diferencias relativas te unes a la Existencia y, siempre que estés unido a ella, gozarás del éxito y el latido de tu corazón será el latido del corazón de todo el universo. Por tanto tu éxito consiste en estar unido a la existencia y tu fracaso consiste en estar separado de ella. ¡No la traiciones a tu madre, la Existencia! a costa de las porquerías que te han enseñado o te lo han dicho.
Khishka
Testigo ambulante

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