sábado, 28 de noviembre de 2009

PASTORA


(Todo está relacionado)

Una pastora vivía en el campo cuidando sus ovejas. Tenía más de quinientas. La casucha donde vivía era precaria, pero el pasto para las ovejas era abundante. Ella solía recoger agua de un pozo que se encontraba muy cerca de su choza. El pozo contenía un sapo que, cada vez que ella iba a recoger el líquido elemento, provocaba en ella ciertas reacciones. Pero, con el tiempo, el anfibio comenzó a causar rechazo y fastidio por parte de la pastora, ya que siempre se encontraba dando vueltas dentro del pozo.

Un día estando en pleno fastidio, la mujer, tomó la decisión de quemarlo al animal. Lo sacó del pozo, lo llevó, y lo arrojó al fuego y a las brazas ardientes. El sapo, muerto o vivo, quiso escapar de la catástrofe pero, la mujer, no se lo permitió. Después de un rato el pobre sapo terminó achicharrado en el fuego y la braza ardiente. Finalmente terminó en cenizas y al fin, la pastora, descansó de la presencia fastidiosa del anfibio.

Sin embargo, pasaron unos días y el pozo comenzó a secarse, el agua disminuyó, los arbustos a su alrededor comenzaron a secarse y no hubo más remedio. Entonces acudió al Adivino del lugar y éste le dijo:

-No habrá más agua en el pozo, por tu culpa, porque haz quemado al dios del agua. Ese sapo hacía que exista agua, pero ahora, el lugar, está condenado a secarse y convertirse en desierto.

La pastora haciendo caso omiso de las palabras del adivino decidió ir al río más cercano para conseguir un nuevo sapo y así resolver la deuda, pero el otro sapo, traído de otro lado, también se murió porque no era su hábitat natural.

¡Todo está relacionado! Nada ni nadie es una isla en este mundo. Si bien ahora eres lo que eres, cuando mueras te convertirás en comida para otros seres, para los gusanos u otros microorganismos. Esos microorganismos se transformaran en tierra y, la tierra, se transformará en exquisitas frutas, verduras, espléndidos árboles, majestuosas rocas… Esa transformación puede que duren miles o millones de años, pero ocurrirá. Las generaciones humanas y los otros seres del futuro nos necesitarán, exactamente, igual que nosotros necesitamos del ellos para subsistir mientras estamos aquí. La vida es un juego de ese tipo. Todo tiene que ver con todo, aunque en la mente humana parece separado, completamente aislado. La separación y la división son las ficciones más grandes de la mente.

Así que unas veces pudiste haber sido un gato, otras veces una hormiga, a veces un árbol, una fruta, una roca, un río, una montaña, un pez, etc., etc. Si hoy eres un ser humano, magnífico, pero ten en cuenta que otras veces serás un gusano, un mosquito, un ternero, un ratón, una mosca, un pez, un búfalo, un camello, un águila, un perezoso, una flor o un picaflor. Hay tantas vidas que la existencia hace posible. La muerte de cualquier ser es una operación quirúrgica más espléndida obrada por la naturaleza por eso, la muerte, no existe como una realidad sino como posibilidad de cambio o transformación en un nuevo ser. Estamos en manos de la Naturaleza y de la Existencia. Nada se pierde definitivamente, todo cambia, todo se transforma, todo se renueva y, lo único que existe es esa transformación constante. ¡Así que sé generoso! ¡Colabora a este gran milagro de la vida! ¡No seas un mexquino!

El ser humano de comprensión religiosa debería tener presente lo siguiente: cuando matas una hormiga estás cometiendo un asesinato, tu propio suicidio, estás matando a tus ancestros; cuando comes una frutas debería ser consciente que alguien da su vida para que tú subsistas; cuando comes unas verduras, por vegetariano seas, debería tener presente que sigue siendo carnívoro, pues la verdura es carne transformado en verdura. Por eso todo lo que hace un ser humano, en relación a las cosas, debería hacerlo con infinita reverencia y respeto. El Todo está trabajando para ti, para que vivas feliz y no te falte nada, y como tal debería ser tu respuesta, dar de tu parte y trabajar por el Todo. Y esto es una verdadera actitud religiosa.

Sin embargo, frente a esa comprensión, la mente es la ilusión más grande que quiere resolver ese milagro de la vida, el milagro de la interdependencia, pero siempre ha fracasado. La mente es violenta, incomprensiva, astuta, frente a todo ese conjunto interdependiente. Ella, debido a su incomprensión, quiere deshacerse del sapo y, cuando las cosas ya están al borde del abismo, quiere solucionar lógicamente. Pero la vida no es lógica, es simplemente vida, esto es Misterio.


Khishka

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